jueves, 2 de mayo de 2024


 GILGAMESH: POESÍA Y POÉTICAS presenta a MARINÉS SCELTA

(Publicado en la página de Facebook el 13 de septiembre de 2023)

Marinés Scelta nació en Mendoza, Argentina, en 1984. Es poeta, profesora de Lengua y Literatura y tallerista.
En la entrevista, Marinés, dice:
«Veo en las generaciones más jóvenes una voracidad de poesía y no es casual: cómo explicarnos estos tiempos que vivimos, cómo ponerle palabras a tanta destrucción sino por medio del arte, ese lugar que trasciende el utilitarismo que nos han convencido debe ser nuestro norte a seguir.»

SELECCIÓN DE OBRA

De «otros territorios posibles»

hidrografías
No era amor. Era el triste empeño
de brillar como el agua
sobre una piel oscura
Chantal Maillard
dos ríos
la bajante del río
te entristece hasta llorar
caminás a través del monte
sobre el recuerdo
que te trae hasta mi casa
no soy nada de ese paisaje
que buscás desesperado
dentro de mí
ayudame a mirar, decís
ya no podés reconocerme despierta
la luz eclipsó todo lo que a distancia
podía pertenecernos
acá podés pasar la noche
tengo el peso de la montaña
y sólo nieve
en el cauce seco de la boca
el ciclo del agua
respetando nuestro recorrido
pero no hay esteros por ninguna parte
te perdés ahí en la impunidad
en eso único que podría
matarnos de ahogo
tocás las paredes y ensayás formas
la sombra de la lámpara, decís
veo el litoral
¿puedo todavía ser lo que esperabas?
¿qué parte de ese cansancio salvaje
es ahora refugio para vos?
dicen que un arroyo
puede capturar a otro
en el desgaste de las orillas
yo desconfío de esa profundidad
de un caudal que pueda arrastrar
inmutable
todo sedimento.
***
invierno
creés que la belleza es el pecado
¿cuántos grados podemos soportar a esa altura?
¿cómo sería esa imperceptible
manera de perderse?
¿podríamos dormir sin quebrarnos?
no me dejés abrir los ojos, pienso
mostrar el cuerpo
es confrontar la soledad
puedo imaginarnos en un bosque de pinos
así de estoicos por una sola temporada
y después regresar
con la nieve cubriendo nuestra fragilidad
¿también el daño puede ser tan sutil?
¿cómo sería pasar el invierno
obsesionados
por alcanzar esa nitidez?
***
mirar(nos)
Al interponer un cuerpo opaco en el camino de
lo que brilla, obtenemos una sombra sobre él. Si el
origen de la luz se encuentra lejos de ese cuerpo, de
forma tal que sea más pequeño, se producirá una
sombra definida.
Si podemos acercar el foco, surgirá una oscuri-
dad en la que se podrán distinguir la penumbra,
como una región más clara, otra más densa y pro-
funda, y otra desde la cual el cuerpo oclusivo apare-
ce dentro del disco, de la fuente de luz.
***
lugares
1
hay territorios que se miran sólo
para declararlos propiedad
yo nunca he visto tus manos
no sé qué piden
abiertas hacia arriba
cuál es el gesto
que te dice como sos
estoy parada frente a un acantilado
y el agua herrumbra
lo que no aferramos
es engaño
el tiempo no acomoda
estás encerrado en lo que te falta
la tarde cada vez más pesada es un río
saturado de escombros
que arrastra desde el litoral
2
¿dónde está el cruce de estos caminos para unirnos?
pienso en la distancia real
dos cuerpos que nunca van a tocarse
pienso en la noche que te encuentra
¿eso que escuché en lo que creías fueron grillos?
¿era un jardín donde dormías?
no me parezco a tu deseo de volver
ese idioma no tiene traducción
y es el mar frente a mí
el olvido se mezcla en nombres
y yo no sé cuáles son los tuyos
el rocío en la ventana, dijiste
no me animo a terminar de amanecer
3
nada está quieto
y hoy es el único futuro
conozco cómo pesa la voluntad
sin esa costa de certezas
que da haberse mirado de frente
me arrepiento de haberte dicho tanto
el viento te lleva
sin oponer resistencia hacia otro lugar
donde es difícil encontrarte si no respondés
yo sé que amar es otra cosa
pedís ternura
como lo único que nunca tuviste
pero no es posible sin dejar atrás
algo de ingenuidad
esta espera es lo único entre nosotros
buscás una palabra
como esas luciérnagas en el campo
y como horizonte
pero es una enredadera en el patio
un límite que no cabe donde soy.
***
fauna
El agua es tibia. Flotar debía ser fácil, abrir
las manos y entregarse.
Pero el que podía enseñarnos sobre la profun-
didad arrojó su peso sobre nuestro peso y nos
mira desde el borde junto a otros animales.
Soledad Castresana
helada
1
se denomina helada
a la capa de hielo cristalino
que se forma
en escamas aguja
plumas o abanicos
sobre superficies expuestas a la intemperie
se necesita un frío suficiente
como para provocar
que el vapor de agua
contenido en el aire
se deposite
absortos de ternura en ese horizonte
nosotros cedimos al sopor
de las cosas que suceden
o fue la caída del rocío
en el límite, el trayecto
y ya no supimos
un terreno siempre áspero
para lo que iba a terminar
retorcido como enfermo
ese cuerpo siempre porfiado
asumió su destino
sin remordimientos
2
¿era yo en la casa
que no te iba a encontrar?
¿era yo en esa espera?
no pudiste comprender
a qué se parece
el trote de los animales
sobre el páramo o la piel
y en un aguacero
limpiaste la herida
que sobrevivió
¿era amarga entonces?
3
yo no sé dónde termina esa ribera
que deja hacer al vértigo
el trabajo de lo que olvidamos
yo no sé dónde volver
al encuentro del paisaje
en la foto que no tuvimos
digo, una helada entre la cosecha
para entender el reverso
de ese último día.
De «Saber lo que se pierde»
ESPECIE
Sé de hombres que cargan el dolor
Sé de hombres que cargan el dolor
en sus espaldas
y de casas que se levantan
a partir de una fisura
de declaraciones y de pecados
oscuros y de madrugada
viajes que nunca terminan
si no existe dónde llegar.
Corremos el cuerpo de la luz infalible
y sin tregua de una mira
guardamos plegado en varias veces
lo que queda de un abrazo
en sacos de basura al mar.
Sé de heridas que dejan sombras
que con alguna dificultad
nunca se borran
de elegir
para perder siempre algo
de divisiones
eternas por la mitad.
***
Rendición de cuentas
Soy lo que arrastra el derrumbe
y no es mi especialidad
trepar los árboles para ver desde arriba
si el azar tiene la cara de lo previsto
un camino sonámbulo
que atraviesa los años .
Pronuncio una oración
en los pedazos del espejo roto
intuyo esa cicatriz mancha de tinta
penetro un pasillo oscuro
en el que doblegada
tendré que rendir cuentas por el uso de mi
/lengua.
Si hay que persistir en las trincheras del recuerdo
tras el conteo inconcluso de los pasos dados
como si todo estuviera a dos horas de viaje
imposible es el escondite a tiempo
se quiere hasta el final
a merced de los fracasos
resistiendo la hondura del mar
en las preguntas esenciales.
He prometido a la noche más regresos
he pagado el precio de la soledad
nadaré contra lo esperado
no han venido a buscarme
no soy todavía.
***
PLEGARIAS PROFANAS
Romper con sangre
Por haber sido el primero
fuiste Caín
a nadie engaña tu voz de niño perdido
si para seguirte fue necesario
un camino de pistas ardientes
clavado espina en los ojos de los muertos
fuiste esponja de vinagre para tanta sed
y en la mano del bolsillo
siempre tuviste un vidrio
para romper con sangre.
Mi castigo fue limpiar las heridas
en el mismo río que te nombra
escondiste la culpa entre las piernas
me dejaste caer desde un puente
y por la espalda
no hizo falta borrar ni tu nombre
ni el mío
fue suficiente para nuestro padre
cerrar los ojos.
***
EL LARGO ADIOS
Tres poemas
Diana
Gacela herida por el extremo del miedo
desangrada corro un camino que no conduce
/hacia ningún lado.
Virgen blanca conmovida por el dolor
/del nacimiento
un árbol es mi noche
la caída
elegida antes de mí
doblada en la impiedad del mundo.
Desamor
Hay un susurro en el fuego que habla de vos
de mí
el error es un árbol que se yergue emperador
fino alambre sin guía sobre un páramo
la reverencia de un hombre en la hora ofrecida.
Proscripción
Tenemos la urdimbre de árboles
tejida por un destino impenetrable
el bien y el mal en cada uno de nosotros
la fatalidad de una manzana mal tragada
avanzamos custodiados por dos perros
raspados en la corteza
dejamos atrás paraísos
exiliados a la sombra de otoños eternos.

ENTREVISTA CON LA AUTORA

Gilgamesh: Marinés, hay en tu poética, además del registro de la tradición poética (lo clásico se apoya en lo contemporáneo y viceversa), una voz que hace pie en la musicalidad de las palabras y un yo que reclama «saber lo que se pierde». ¿Cuál fue tu recorrido hasta llegar a la escritura del primer poema? ¿Qué premisas te guían a la hora de comenzar un poema?
Marinés Scelta: Qué bueno que notes eso porque la música en el poema es una premisa para mí. Claro que eso fue creciendo y alimentándose. En mi caso fue una búsqueda muy consciente que muta aún hoy, y que – creo – se va despojando y se acerca cada vez más al balbuceo y también al silencio. Las lecturas fueron fundamentales para ayudarme a encontrar o a entender ese pulso que cada poeta tiene y también, para entender mi propia manera de decir.
Hasta el primer poema no estoy segura de cuál fue el recorrido. Más bien fue un camino bastante errático e intuitivo. Sí sabía que había una urgencia, pero no terminaba de entender que era eso y no otra cosa lo que tenía que decir. Al hacerme responsable de esa búsqueda pude entender que indagar era también un compromiso y así, creo, llegué hasta “saber lo que se pierde”.
A la hora de comenzar un poema pueden pasar muchas cosas: a veces sucede un verso y desde allí hay un texto antes en la memoria, otras veces el poema se va construyendo a medida que se va escribiendo, a veces sucede una conmoción que me obliga a escribir (en poquísimas ocasiones es instantánea). Supongo que el poema decanta y sucede cuando ha madurado, no lo sé a ciencia cierta. Es un misterio que prefiero nunca revelar. En todo caso el poema es escritura y mucho mucho de corrección o de relectura.
Gilgamesh: ¿Cómo se gestaron «Saber lo que se pierde» y «Otros territorios posibles»?
Marinés Scelta: Mi primer libro fue una colección de textos escritos a lo largo de mucho tiempo. Tuvo que pasar todo ese tiempo para darme cuenta de que el hilo conductor era la pérdida. Supongo que es una obsesión que aún hoy permanece en mi escritura. De qué hablamos sino de lo que indefectiblemente cambia en todo, en nosotres. “Otros territorios” fue escrito en un tiempo más acotado, en la asfixia de la pandemia y de lo que yo estaba perdiendo para siempre, otra Marinés, otra vida, y la nostalgia de los paisajes que me habían acompañado hasta entonces. Vivo en un departamento, con lo cual ver el horizonte, las montañas por detrás y la luz cambiando a lo largo del día era para mí una necesidad. Por otra parte, ambos libros son el resultado de un trabajo con dos poetas enormes que ya no están: “Saber lo que se pierde” tuvo el acompañamiento de Laura Yasan, y “Otros territorios”, el del querido Javier Galarza.
Gilgamesh: Leo en tu obra una preocupación del yo poético de recuperar lo íntimo desde el cuerpo, la geografía, el tiempo de los recuerdos y todo en la dimensión de que «lo personal es político». ¿Qué pensás al respecto? ¿Cuán importante es poner en la palabra estas coordenadas?
Marinés Scelta: Qué bueno que rescates esa frase porque es una bandera para mí. Desde los espacios más íntimos creo que la poesía descubre los temas universales que hacen que sea posible una lectura que trascienda las particularidades contextuales. El cuerpo atravesado y condicionado por el paisaje – que también es cultural – aparece a lo largo de toda mi escritura. Y esa es una característica de nuestra época, no solo de mi escritura: anhelamos la geografía más primitiva en las ciudades, el horizonte. Me parece que les poetas se cargan de esas miradas, en algún sentido, para sobrellevar el peso del encierro al que nos someten los edificios de nuestros conglomerados.
Gilgamesh: El colectivo literario y feminista «Write like a girl» es una de tus apuestas a la hora de investigar y difundir literatura. ¿Nos contarías de qué se trata este proyecto? ¿Tu poética acompaña el trabajo del colectivo? ¿Hay un reposicionamiento en cuanto a escribir y dar a conocer tu literatura a partir de «Write...»?
Marinés Scelta: El colectivo es un lugar de refugio que habito como parte de mi familia. Junto a esas mujeres hemos ido creciendo y cuestionando no solo nuestra escritura colectiva, sino también, elaborando nuevas preguntas en ese espacio personal, que también es plural, necesariamente. Sobre todo, en relación al cuestionamiento del concepto de autoría como un espacio en el que el patriarcado se instaló y ejerció el poder, como si la fuerza de lo colectivo y lo sororo no hubiera sido la fuerza que históricamente nos trajo – sobreviviendo – hasta aquí, en las sombras. Por fortuna – o mejor dicho, por resultado de las luchas que nos han precedido – hoy la producción y la circulación de la literatura hecha por mujeres ocupa otro lugar, y en ese sentido, celebramos. Este trabajo colectivo necesariamente me ha transformado porque me hace consciente de que nadie escribe solo, sino que la historia, las lecturas, las voces de todas las que me han antecedido y estas, mis amigas, se sientan conmigo frente a la computadora.
Gilgamesh: Como docente de Lengua y Literatura, ¿Qué rol ocupa la poeta en las clases? ¿Cómo interactúa la profesora a la hora de escribir su obra?
Marinés Scelta: La poeta se cuela en los programas, en lo que digo a mis alumnes – o eso espero-. La poesía es una forma de mirar, y en este sentido espero que lo que digo en mis clases, lo que me enseñan mis alumnes permee en mis textos.
Gilgamesh: También sos tallerista. ¿Qué despertó tu deseo de acompañar lecturas y escrituras? ¿Influye en tu poesía el rol de profesora en tu taller de escritura? ¿Qué experiencia tenés en talleres como alumna? ¿Qué características deben tener quienes se interesen por tus talleres? ¿Nos contarías alguna anécdota de tu paso por algún taller y por el paso de tus alumnos en el tuyo?
Marinés Scelta: El taller es un regalo inmenso, allí aprendo con quienes deciden transitar sus recorridos de escritura junto a mí. El deseo de acompañar esos recorridos es una manera de transponer lo que yo recibí en los talleres de Laura o Javier. El tiempo compartido con elles me cambió a mí de maneras que no creo haber hecho consciente aún, y de algún modo yo espero poder acompañar desde un lugar así alguna vez. Por otra parte, en los talleres grupales se forjan lazos más allá de la escritura (eso me sucedió a mí con poetas como Cecilia Moncalvo, Alan La Veglia, Maite Lluch o Araceli Lacore), y ese es un legado que de algún modo también es escritura.
Gilgamesh: Comenzaste a editar en 2016 ¿Cómo surgió esa necesidad? ¿Cómo fue llegar a las editoriales? ¿Cómo viviste la publicación y la recepción de tus poemarios?
Marinés Scelta: Llegué a Peces de Ciudad, en Buenos Aires, por una convocatoria. Era una editorial que estaba comenzando y en muchos casos publicaba las primeras obras de mucha gente. Yo les alcancé mi material y pasó un tiempo hasta que Mariana Kruk y Sole Blanco me contactaran para publicar mi libro. Creo que fue luego de esa publicación que yo decidí que la escritura era ya para mí una necesidad. Llegar hasta ahí fue una casualidad, transité ese camino con mucha ingenuidad. Todavía hoy mi relación con las editoriales es de mucha ingenuidad, pero supongo que eso también está bien. Claro que me gustaría ser leída en muchos lugares, pero también soy consciente de lo efímera que es la escritura, aunque nos empecinamos en que trascienda, de lo efímeros que somos todes, entonces si los textos llegan a alguien alguna vez, en algún sentido, eso ya es suficiente para mí. Con eso te contesto acerca de la recepción de mis libros: la verdad no sé bien cuál es la reacción, la lectura, en todo caso no soy yo la que puede contestarte.
Gilgamesh: ¿Estar en Mendoza es un pro o una contra a la hora de hacer circular la obra?
Marinés Scelta: Es difícil la circulación porque aquí quienes nos dedicamos a escribir estamos muy relegades, sobre todo, por el papel que el estado debiera cumplir en políticas que fomenten los distintos circuitos por los que una obra debe moverse. Esta particularidad tiene que ver con un vaciamiento sistemático de nuestra cultura, los sectores de poder hace tiempo que vienen apoyando apenas lo que tiene visibilidad turística, mercantil. Y en esa lógica nuestro trabajo no encuentra lugar. Entendiendo esta dificultad es que junto al colectivo Write like a girl insistimos en fomentar la divulgación de escrituras y lecturas, como un modo de tender lazos.
Gilgamesh: Quisiera entrar a la biblioteca que acompaña a la lectora y a la escritora.
Marinés Scelta: Está llena de pdfs, de lecturas fragmentarias, de desorden, de lecturas que quisiera hacer y no hago. Y en cuanto me siento interpelada por algo nuevo inmediatamente tiende a circular por los espacios en los que difundo poesía: el taller, la columna de la radio, la página del colectivo.
Gilgamesh: Nuestra última pregunta es una que, con ligeras variantes, repetimos de entrevista en entrevista. En «La muerte de la tragedia», George Steiner afirma (palabra más, palabra menos) que la poesía se ha vuelto un asunto privado esencialmente lírico y que, por lo tanto, se ha divorciado de la memoria histórica de los pueblos. Puesto en otros términos, la poesía es escrita y leída por poetas y quizá, también leída por alguna de sus amistades... Hace largo tiempo que el llamado «gran público» ha quedado fuera de este juego. Alejandra Boero llama a esto el «lazo perdido». ¿Qué sería necesario, en su opinión, para reparar en alguna medida esa pérdida?
Marinés Scelta: Yo no estoy tan segura de que ese lazo se haya perdido. Veo en las generaciones más jóvenes una voracidad de poesía y no es casual: cómo explicarnos estos tiempos que vivimos, cómo ponerle palabras a tanta destrucción sino por medio del arte, ese lugar que trasciende el utilitarismo que nos han convencido debe ser nuestro norte a seguir. Creo que la humanidad ha reivindicado el género - a lo largo de la historia occidental, al menos - cuando más lejos ha estado de su condición de humanidad. Y yo creo que nuestro tiempo busca en la belleza de las palabras algún cobijo, y es una forma particular de hacer poesía quien se lo está proporcionando.

NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA
Marinés Scelta nació en Mendoza, Argentina, en 1984. Es profesora de Lengua y Literatura y tallerista. Forma parte del colectivo literario y feminista «Write like a girl», cuyo objetivo es investigar y difundir la literatura hecha por mujeres y disidencias, y la creación colectiva. Publicó los poemarios «Saber lo que se pierde» (Ed. Peces de Ciudad, Buenos Aires, 2016) y «Otros territorios posibles» (Ed. El andamio, San Juan, 2021). Participa, además, en el programa radial «Restos Diurnos» (UTN Córdoba), con la columna «Los ritos» sobre poesía contemporánea.

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