jueves, 2 de mayo de 2024


 GILGAMESH: POESÍA Y POÉTICAS presenta a MARTA LÓPEZ LUACES

(Publicado en la página de Facebook el 27 de septiembre de 2023)

Marta López Luaces nació en A Coruña (España), en 1964. Es poeta, narradora, traductora, profesora.
En la entrevista, Marta, dice:
«Para mí cada libro es una nueva búsqueda, una nueva preocupación tanto de forma como de tema.»
SELECCIÓN DE OBRA
Del libro Talar un nogal
(Madrid, Tigres de papel, 2023)
Parte 3
Asesinar a una mujer
Feliz el hijo que no tuvo ser sobre la tierra.
Elsa Cross
Mientras tanto, la madre de Proserpina, alarmada por la suerte de su hija, la buscaba en vano por todas las tierras y todas las profundidades.
Ovidio
un cuervo cruza el deseo
y se hace la oscuridad
en el alma humana
[El Salvador: 526 feminicidios en 2016]
─Animales de jadeo rabioso apagaron el sol y esparcieron la noche. Y nuestras tumbas nunca tendrán flores porque un pacto perverso despertó a la bestia
el Usurpador de los Sueños ha invadido el reino
abre su capa de terror
se hace la noche
del ser
humano
el que tenga oídos que oiga
el que tenga ojos que vea
el que tenga sentimientos que lamente
El Señor de los Sueños
ha perdido el reino
y se ha hecho la oscuridad
─Hoy sólo las sombras de las nubes nos cobijan.
Proserpina, nosotras no regresaremos. Desgarradas de dolor,
nuestras madres
braman
¿Dónde los justos?
un cuervo se alza sobre la humanidad
de lo Real
al abismo
de la realidad
[Rusia: 14,000 feminicidios en 2017]
Somos Antígona en la ceguera del padre
Somos Ismena en la cólera del hermano
asesinar a una mujer / matar a un animal / talar un nogal
Ceres, no negocies. Tus hijas secuestradas, torturadas,
violadas, asesinadas… te llaman
dominación disfrazada de deseo
[Guatemala: 786 feminicidios en 2017]
los cuervos anidan en el alma humana
¿cómo vadear un tiempo macerado por el desierto?
¿Dónde los justos?
─Júpiter, hoy Plutón nos condena a su deseo. Inmoladas por un éxtasis maligno cruzamos la gélida ráfaga del vacío en que naufragamos con el terror en los ojos. ¿Estamos en nuestro cuerpo o fuera de él? Todo es oscuridad. La noche está cubriendo la tierra con nuestros cadáveres mutilados.
Ciudad Juarez
sangra lágrimas sobre nuestras cabezas
[México: 2,289 feminicidios en 2016]
─Los adeptos del Mal hicieron un lecho de dolor y tortura. Partieron nuestros vientres. Nos robaron la semilla de la vida y con ella sembraron muerte. La cólera se propaga por la Tierra. ¿Qué dios maligno les dio a beber de la copa de la ira?
¿cómo recibir la palabra de las silenciadas para siempre?
¿Dónde los justos?
─Nuestras vidas truncadas, nuestros cuerpos violados, quemados, las sin-boca exigimos, con el pecho agujereado gritamos, desde el vientre llamamos a las vidas que nos robaron, sin ojos desbordados de lágrimas nuestras cuencas vacías. Porque no somos Proserpina: no resucitaremos, no habrá madre ni bálsamo de leyendas y mitos que nos devuelvan la vida. Sin sudario somos restos en el desierto febril de un tiempo marcado por un falso sentimiento de deseo sin pasión se cifra la violencia ¿Qué negra catarata se despeña por el interior de nuestro tiempo?
[España: 99 feminicidios en 2017]
por los siglos de los siglos, Proserpina, ya no somos en ti
los olivos ya marchitos
los desiertos instilan impasibles
sequías
de la emoción
sin alma no hay dolor
sin conciencia
no hay pasión
─Desde el deseo sin amor el solsticio de invierno se agazapa en las profundidades del alma humana
¿Dónde los justos?
un cortejo de cuervos y estorninos acompañan a las inmoladas
─Allí donde el mar no se une con el firmamento residimos. Sin testigos somos eco de una vieja alianza. ¿Qué pacto infausto nos concibió como moneda de cambio entre la oscuridad y la noche? ¿Qué dios equivocó el cordero? ¿Qué señor de la guerra equivocó el enemigo?
[Italia: 108 feminicidios en 2016]
¿estamos en la luz
o fuera de ella?
yacen bajo las piedras
en el agua del río
sobre la arena
entre la hojarasca
y en el lecho
donde descansaban
una bandada de cuervos cruza la noche
alquimia de negro sobre negro
─Los adeptos del Mal adoran la violencia. ¿Qué pacto, qué ley perversa nos condena en razón de nuestros cuerpos?
¿Dónde los justos?
tanta dominación
disfrazada de deseo
[Estados Unidos: 1600 feminicidios en 2016]
corazones fútiles que no renuncian
al derecho a la vida
¿en nuestras lágrimas somos con ellas?
asesinar a una mujer / matar a un animal / talar un nogal
la jerarquía de Aristóteles es
¿impunidad del alma?
─Inmoladas en honor al Mal los cuervos ya crían sus pichones en el alma humana, para borrar la realidad en la que el imperio nos condena al sadismo como entretenimiento.
¿Dónde los justos?
detrás de la noche
corruptas raíces se extienden
desde los orígenes
GOZO DEL MAL
[Alemania: 331 feminicidios en 2017]
una bandada de cuervos cruza la noche
alquimia de negro sobre negro
Y somos Antígona en la ceguera del padre
Y somos Ismena en la cólera del hermano
¿quién con su canto conjurará la luz?
¿qué placer podrá ser, amar
con, desde, por, para
la paz?
¿Dónde los justos?
─Seres tenebrosos merodean la Tierra. Beben de la fuente del infierno y con sangre siembran tormentas. Madre, nuestras voces se pierden en el desierto de la impunidad. Se instalan en las palabras y Júpiter en su ocaso… mata. Hoy nuestros senos alimentan los gusanos de su ira.
[Honduras: 236 feminicidios en 2016]
deseo truncado culto a la violencia
sólo desde la intimidad se conoce
el temblor genuino de lo humano
─¿Cómo el bien de dos cuerpos
se podrá imponer
en nuestro universo?
Ceres, reclama la pasión de amar
del bien
de ser
esperanza
para que la buena madre naturaleza sea
con nosotros
¿Dónde los justos?
Del libro Después de la oscuridad
(Valencia, Pre-Textos, 2018)
PARTE 1
AGUA
(Pitágoras)
Recibid mi fe y dadme la vuestra.
(Eneida)
Y así era al principio:
El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas
Y éramos gigantes jugando con los dioses
Los cuerpos celestes danzaban al son de la luz y
todo era
presencia de agua
presencia de tierra
presencia de fuego
presencia de aire
Y porque había visiones/había sueños/había formas/había sustancia/había materia/había elementos del poema como racimos de esplendor
Pitágoras hechizó los números/las constelaciones nos arrullaron/en la pregunta estaba la coherencia de los cielos/oíamos la armonía de las estrellas
y obedecimos las órdenes
del Fénix
Y éramos gigantes jugando con lo eterno
Y el Imperio del Sur reinaba sobre nuestras
[cabezas
El logos era misterio era mito era realidad era
la formación
de la lengua poética
El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas
Y éramos gigantes jugando con los dioses
En la noche dibujamos Taurus y la Osa Mayor
en el orden de las constelaciones
Tales de Mileto descifró el misterio del eclipse
el asombro
la palabra y el alma
Y porque hubo visiones/hubo sueños/ hubo formas/hubo sustancia/hubo materia/hubo elementos del poema
como racimos de esplendor
De la oscuridad procedimos
de la razón y el sentimiento/
hacia la palabra
[poesía] no detiene no fija remite a [alegoría] un fenómeno inabordable [símbolo] el canto de las estrellas en el interior de Heráclito/corriente-fuego
Júpiter y Venus
las correspondencias perfectas:
la figura y la nada
el sonido y el silencio
lo estático y su deriva
conocían los dioses
nuestro semblante
de agua
Y así era al principio:
habitábamos el agua/el fuego/el aire/ el acto
y el poema era tierra como escisión del
DESEO
o ¿sólo la imaginación de un comienzo?
Urania-Kosmos se re-creaba
en lo vivo
del habla
la armonía
y las dunas del desierto cantaban en sol la memoria:
de la caja de Pandora
la biblioteca de Alejandría
el museo de Pérgamo
la academia de Atenas
Y éramos gigantes jugando con los dioses
****
Se decían vestidos de cielo
y sacrificados al Kosmos salvaban
la armonía de lo eterno
Prometeo-fuego-Artemisa=a la intangibilidad
Artemisa-fuego-Prometeo=a los hacedores
del tiempo
Y se creó la alianza de la luz y el agua
Porque hubo visiones/hubo sueños/hubo formas/hubo sustancia/hubo materia/hubo elementos
del poema como racimos de esplendor
Y éramos gigantes jugando con los dioses
Antes de todo existió el caos. Después Gea, de todos los Inmortales que habitan las nevadas cumbres del Olimpo.
(Hesíodo)
Y así era al principio:
estrellas de lluvia sobre nuestras cabezas
y la primavera era dádiva del verde y la palabra
Y éramos gigantes jugando con los dioses
Escuchábamos los ritmos de los planetas
fluyendo en el esplendor
forma mimética
de los ideales universales/impulso interior
como seda de la intuición/como tejido
de partículas/como devenir
al encuentro de la forma viva
de la Tierra
Y éramos el fluir de luz/que desde las estrellas
dibujaba el horizonte eterno de los cielos
Los cuerpos celestes danzaban
y el Kosmos era secreto-misterio-ser-yo=
a las realidades impalpables
Dibujamos otra realidad/en el lenguaje
del cosmos
transitamos por la magia
nos pertenecía el fluir del río/su horizonte
y la eternidad de los cielos
***
Surgió el fulgor/falleció una estrella
y el viento nos envolvió en el seno de Artemisa:
entre la música y el Kosmos/entre robles y
montañas
la correspondencia, entre cielo y tierra,
salvamos a Ifigenia
para que fuera en el verbo
un siempre
Porque hubo visiones/hubo sueños/hubo formas/hubo sustancia/hubo materia/hubo elementos
del poema como racimos de esplendor
Y éramos Ulises camino a Ítaca
Y éramos Penélope tejiendo el tiempo
Y se decía:
el fuego sagrado llovió sobre nuestras cabezas
1: punto=agua=orden del universo
2: sólido=tierra=tono de las semejanzas
3: línea=aire=fluir de la voz
4: plano=fuego=cáliz de la palabra
Y éramos dioses jugando con lo eterno
***
Sombra da el árbol al gran viandante
Descanso da el árbol al gran viandante
Paz da el árbol al gran viandante
Moribundo sus discípulos le dan cobijo
bajo el gran árbol de la vida
Descansa hoy en el eclipse/su alma pertenece
a los senderos
de agua y fuego
Del libro Los arquitectos de lo imaginario
(Valencia, Pre-Textos, 2010)
Los arquitectos de lo imaginario
Pasos de un peregrino son errante
cuando me dictó versos dulce Musa
en soledad confusa,
perdidos unos, otros inspirados.
Luis de Góngora
por los ecos de Frost, I have been one acquainted with the night y los motivos de Let us go,
you and I, when the evening spreads against the sky Like a patient etherized upon a table; Let us go, a través de los senderos menos recorridos de los jardines del ensueño, hasta la cárcel de Pound que busca, al sur de Lope de Vega y al este del haiku, los Cantos de Pisa; poligrafía que exorcise a occidente de su modernidad
por las devociones del rocío, dew, orballo de Steven (un rocío es un dew es un orballo que
es un rocío es un dew es un orballo que es un dew es un orballo es un rocío que es un orballo es un rocío es un dew que es un rocío es un orballo es un dew que es….) —asperjar los ojos alados del cisne ahogado en el lago plateado de los jardines de Europa (¿ninguna diferencia o différance?)— hasta la canción y muerte de Rilke que con sortilegios teje la sintaxis de un habla que no renuncia a su canto. ¿Dónde está mi ángel?
por la fundación mitológica de Buenos Aires el alma desgranada de una ciudad que, como
una novia nunca besada, reaparece a la sombra de Borges: Todo idioma se regenera con la influencia de una lengua extranjera (¿una lectura extranjera?) hasta William Carlos Williams, el primer Latino, que busca un inglés estadounidense que se desencuentre con el otro que es él, y no desde el yo vespertino (no hay nada peor que un converso), derrotero a la égida de una nación, para que una voz azul alimentada de susurros, I’ve known rivers, I’ve known rivers as profound my soul has grown deep like the river, y el Mississippi, blues y jazz, se reconcilien con el Renacimiento de Harlem cuyo Rey espira con la profecía de su creador. ¿Qué ángel malo se posó en la puerta de tu sonrisa con la espada en la mano?
por el nunca de Cernuda como pauta de la ceremonia del vivir, el siempre es nunca, no pidas
señas nunca te disculpes nunca es la pausa entrecortada, nunca es el otro aliento que nunca se encuentra en el follaje, nunca es respirar en los intersticios del rito, nunca es el argonauta de un signo que nunca llegará a puertos lejanos. Sin los viáticos del padre ni el baluarte de una madre, las antiguas riberas lo devuelven a la casa
por la nana de Hart Crane a la tía Emily, you fed your hunger like an endless task, que lo
amamanta con sus pechos prístinos rebosantes de oscuridad, tanta pureza manchada de hambre y sed puritana sin saciar en el océano de un ángel negro en cuyo regazo... ¿descansas?
por el cielo sin sabor a infancia, cielo sin el tacto de países lejanos, cielo sin memoria de la
muerte que implica todo viaje del alma, cielo sin un dibujo de Breton ni de Michaux, cielo sin una línea perfectamente abierta que rememore el estado de mi cuerpo, cielo que resuene en la presencia del cielo de las invocaciones de Gide —rostro arrebolado de vorágine rebosando de modernidad— con el llanto de Lázaro sobre sus cabezas. ¿Dónde estará mi ángel?
por el hospicio a perseguir el mal como profesión, del hospicio a la excitación de un idioma,
del hospicio a la histeria de una lengua, del hospicio al universo que une vida y poética, del hospicio al suicidio (cuervo al hombro de la vida) siguiendo la furia del rictus de Ibarbourou, la furia del caballo blanco de Girondo, la furia del frenético baile del aquelarre, H.D., el secreto de los dioses se encuentra en el idioma de los hombres, persistir en el vuelo de un búho hecho de cenizas para que llueva libaciones con olor cetrino sobre los expatriados de Storni, pero, ¿dónde estará mi ángel?
por la grieta de ese cielo desahuciado el libro universal, Guillén, los hacedores del verso son
hacedores del sentir de los hacedores de un registro sin armonía, Levertov, unidos a los hacedores de los conjuros amargos, Trilce, para que los residentes en mí, sin estar en mí —Rosalía, Cunqueiro— evoquen un eco sin cielo en mí
por la denuncia sin un gesto de nieve (también los profetas se equivocan: Tú has hecho
conmigo lo que no se debe hacer... le dijo Abimelec a Abraham) al vate sin respuesta, sin articulación, que no actúa, no rechaza, no acepta, no incluye, Leviatan endriago de un siglo, sin rocío, sin brisa, sin primavera; enfermedad de la metáfora, sin hechizo ¿Celan, por qué cuando los gorriones aún seguían supliendo almas para nuestro responso, tú te fuiste “gentle, gentle into that good night ?
por el holocausto del universo interior de Celan a una aparición que deviene en representación, una representación que deviene en encarnación, una encarnación que deviene en un cuerpo, un cuerpo que deviene en un texto, un texto que deviene en una lectura, una lectura que deviene en la aparición del universo interior de Celán. ¿Con cuántos comprenden, y luego a quién?
por los susurros de la forma exhalar la imagen de un mapa (All our roads go nowhere maps
are curled to keep the pavement definitely on the world), continuar por la brisa del alba hasta el jardín de los ensueños en donde se abjuran los acentos de un verbo como modo de habitar la firma-forma de la peor de todas. ¿Dónde estará mi ángel?
por el jardín de Moore a la terraza de Bishop, I lost two cities, lovely ones, some realms I
owned, los senderos del jardín de los signos trastornados en los surcos del jardín de los objetos se convierten en la vía por la que el jardín del discurso se convierte en el jardín de las primeras nostálgicas de América: recordar países que los ojos nunca han visto y por la ruta primera, sexta y décima del jardín de las tinieblas las propicias al dios de lo finito, cantan el canto de la ordalía; yambo quebrado en la implosión del género
por el jardín de las tinieblas se regresa a la casa, Olga se apoya en el marco de la puerta, Olga observa a Pizarnik deliberar con la mujer sin rostro a cuánto han de poner el horno para conjurar su lejanía, Olga ve que Sexton se acerca, Olga huye de la escena, de la representación. ¿Cómo escapar a mi imagen? prosapias de poetas
por la primera guerra mundial a la guerra civil al holocausto a Korea a Vietnam a un mayo de ríos helados al aullido de Ginsberg, I have seen the best minds of my generation y cuántos siguen sin entender la resonancia de las estalagmitas en las cúpulas del museo del tiempo: Corso, Ferlinghetti, Kerouak, O’Hara, Glück, Guess, Duncan, Olson si un verso es un gesto del alma ¿qué es un poema?
por Bloom refunfuñándole a Bishop para que guíe la poesía norteamericana (¿el género es una ironía?). ¿Es sarcástico o esperanzador que la invoques justo a ella como resguardo de la tradición?) al hínme de Derrida
por un disparo de la posmodernidad —Perlongher, Lauterbach, Germán Belli, Bernstein, Palmer— a la polifonía estridente; se quiebra un universo abandonado por los prestidigitadores de lo pletórico en el atardecer de la boca de un ángel sin alas pero, ¿qué harías si te robaran el deseo?
dudar del verbo como de Dios,
dudar de Dios como del verbo,
dudar del verbo de Dios,
dudar del signo como de Dios,
dudar de Dios como del signo,
dudar del signo de Dios,
dudar de la respiración como de Dios,
dudar de Dios como de la respiración,
dudar que Dios respiró
por un Dios expatriado (y la posibilidad de imaginarlo, ¿también la desterramos?) de una
posmodernidad abotagada de cacofonía cuyo granizo deshecho en el blanco de la respiración de una paloma muerta, en el graznido del mundo se oye la acidez de una dicción trastocada en el asesinato de miles de lenguas, arameo idioma execrado en guerra, Líbano, en tu Nombre ya no nos salvaremos. ¿Dónde estará mi ángel? ¿dónde estará mi ángel?
por la ablación de las alas del ángel, Creely y Ashbery, la identidad es mirada que niega por
la autoridad de la mirada el cuerpo-rito que mira inscribir en la Mirada del otro una mirada que escande la cosmología de una mirada del alma, mirada del universo interior, mirada como rasgo, mirada como vínculo a una mirada como modo del verbo de una mirada amorfa que metamorfosea la visión de una mirada en la que el género es juego....
por la palabra que se regenera con la pasión desear la palabra como
desear la voz como
desear la respiración como
desearte como se desea
la respiración de un verso
por el placer enfermo de un ángel sediento de aridez del vacío, se transfigura el gozo en el
desamparo de las brisas de otoño y tomé los caminos nuevos del jardín del ensueño y eso tampoco hizo ninguna diferencia ¿dónde he de buscar mi ángel?
por el hechizo de un siglo que espira cenizas entre el reflejo de un dios muerto y los escombros del cielo neoyorquino el enigma del orballo, del dew, del rocío los vestigios de I have seen what I have seen no pueden leer un registro de rescoldos:
¿desde qué otro discurso?
¿desde qué otro lenguaje?
¿desde qué otra dicción?
¿desde qué otro signo?
¿desde qué otra acústica el verso...?
¿desde qué otra respiración se podrá decir
este siglo?
¿Cómo la poesía ante el terror?
Lezama Lima
Ezra Pound. He visto lo que he visto.

ENTREVISTA CON LA AUTORA
Gilgamesh: Marta, tu poesía denota una solidez intelectual, un conocimiento de la tradición y, en lo formal, es pura innovación. Una práctica, un trabajo que da cuenta de lecturas, reflexión y cruces estéticos-literarios. ¿Cómo te iniciaste en la poesía? ¿Qué caminos te llevaron a buscar/encontrar este espacio/estilo poético?
Marta López Luaces: Me inicié mediante la lectura. En mi casa no se leía poesía pero, como en muchas casas gallegas, no faltaban las obras completas de Rosalía de Castro. Estoy segura de que nadie había abierto ese libro hasta que yo, una niña, no me acuerdo bien si tenía nueve o diez años, lo hice. El impacto en mí fue transformador y continúa hasta hoy día. Después, mi experiencia de lectura y de vida, cruzadas por varios idiomas y tradiciones, me ha permitido acceder a distintas concepciones del hecho poético.
Gilgamesh: ¿Cómo se tejió la escritura de «¿Los arquitectos de lo imaginario», «Después de la oscuridad» y «Talar un nogal»?
Marta López Luaces: Esos tres en particular se fueron tejiendo mediante las lecturas de libros muy específicos. Aunque siempre vuelvo a los clásicos españoles —Góngora, Fray Luis de León, entre otros—, a los griegos, y a algunos libros sagrados, como la Biblia y los tres grandes libros de la Cábala, en busca de un vocabulario, de un lenguaje, con un deseo de ir más allá de la realidad empírica. Sin embargo, siempre algún o algunos textos sirven a modo de dispositivos para lo que podríamos llamar “la inspiración”. Los arquitectos de lo imaginario parte de varios libros de poetas que me marcaron: desde T. S. Eliot, Luis Cernuda, Elizabeth Bishop, Rosalía, William Carlos Williams, Olga Orozco, Huidobro… y muchos más, como percibirá cualquiera que lo lea. En cambio, Después de la oscuridad fue un libro impulsado por la lectura de La pasión de la mente occidental de Richard Tarnas, por Magicians & Charlatans —un libro de ensayos sobre arte y cultura de Jed Perl— y por Armonía de las esferas, compilado por Joscelyn Godwin. Estos libros cambiaron mi modo de ver la historia de la humanidad, me obligaron a repensarla desde otra perspectiva, que yo llamaría poética, aunque estoy segura que esos autores no la describirían así. En cuanto a Talar un nogal, parte de una preocupación social, ante las dos grandes crisis actuales: la destrucción del planeta y los feminicidios. Se lo ha descripto como ecopoesía, un movimiento muy en auge en los Estados Unidos, pero me interesó especialmente enlazar la destrucción de la naturaleza con los feminicidios, inspirada en las teorías de Bell Hook. Hook rastrea el origen del racismo, el machismo, la homofobia… y lo sitúa en un deseo de dominación del otro/a. Esa idea cambió mi modo de percibir algunos de nuestros grandes problemas sociales; ya no los considero derivados sólo de una cuestión económica sino de algo más abarcador, que incluye el deseo y la producción de éste. Obviamente, otros libros como Sayak Valencia Capitalismo Gore, poemarios como el de John Ashbery, River of the Canoefish o la ecopoesía de Ann Fisher, entre otras y otros, también fueron fuentes de inspiración.
Gilgamesh: Cuando comenzás un nuevo libro, ¿ponés en diálogo a los anteriores o lo pensás desde una nueva búsqueda que se abre y se cierra en los poemas que lo integran?
Marta López Luaces: Para mí cada libro es una nueva búsqueda, una nueva preocupación tanto de forma como de tema. Quizás sólo en mis dos primeros libros, Distancias y destierros y Las lenguas del viajero, haya un diálogo en el que se trata el tema del exilio desde dos puntos de vista diferentes, pero complementarios. Los siguientes libros tratan, cada uno, temas, experiencias y preocupaciones muy diferentes; es verdad que varios críticos han visto en ellos un mismo leitmotiv, aunque tratados de un modo más sutil.
Gilgamesh: Intelectual nómade, los temas del exilio, la emigración, la identidad no sólo atraviesan tu poética sino también tu prosa. ¿Qué «visiones/sueños/formas/sustancia/materia» te hacen redirigir las palabras a tu poesía y cuáles a tu narrativa?
Marta López Luaces: Aunque algunas de mis preocupaciones y sueños se repiten en mis novelas y en mi poesía, el impulso, la palpitación es muy diferente. Ese impulso o palpitación le da la forma ya de prosa, ya de poesía. Sé muy bien que decir esto hoy día cuando la división de géneros se está borrando, puede resultar algo obsoleto, pero para mí explorar un tema desde lenguajes diferentes, en una diversidad de formas, me permite una exploración más plena, más profunda si se quiere, de las preocupaciones que abordo.
Gilgamesh: Desde tu posición de profesora, traductora, escritora, «¿cómo recibir la palabra de las silenciadas para siempre?». «¿Cómo la poesía ante el terror?»
Marta López Luaces: Se trata, se intenta y se pierde. En esa búsqueda se sufre la pérdida —incluyendo los muchos significados del término. Se pierde ante la búsqueda de la palabra exacta, también se desvía el contenido y su significado para tratar de reencontrarse con algún origen, y nos extraviamos en un laberinto de incertidumbres y de gozo lingüístico.
Gilgamesh: Tu rol de académica y traductora, ¿cómo incide en tu poética?
Marta López Luaces: Como traductora del inglés al español y del español al inglés y, ahora, algunas veces, del gallego al inglés, he aprendido mucho. Sobre todo, porque traduzco mucho para el ciclo de poesía que dirijo, Bilingual Poetry Readings vía Zoom, auspiciado por la Jefferson Market Library. El ciclo me ha ayudado a mantenerme al día de lo que se escribe en diversas comunidades de esos idiomas. También he traducido para distintas editoriales poetas como Robert Duncan, uno de los grandes del siglo XX, o el libro de poesía Índice, de la artista plástica Dorothea Tanning, y And For Example de Ann Lauterbach. Con la poeta y traductora argentina Mónica Tracey, acabamos de traducir una antología del poeta Peter Gizzi. En todos estos casos la traducción me ha obligado a pensar la poesía desde diversos ángulos, ya sea desde la mitología, las artes plásticas o incluso desde la metaforización de lo cotidiano, como se da especialmente en Lauterbach. Eso siempre me enriquece poéticamente.
Enseño poesía española y latinoamericana en la universidad de Montclair lo cual permite que mi vida esté plenamente dedicada a las letras.
Gilgamesh: ¿Elegís a los autores que traducís, ellos te eligen, te convocan las editoriales para proyectos concretos? ¿Qué autores te gustaría traducir en estos momentos?
Marta López Luaces: Sí. Tengo esa suerte. Elijo poetas que me llaman de alguna forma a traducirlos. Tienen que intrigarme, atraerme. En general, las editoriales no me proponen proyectos específicos. Creo que no traduzco lo que suele ser previsible, así que soy yo la que les sugiero, por lo general, autores que escriben una poesía más arriesgada, distinta y que, por eso, a veces, parece difícil.
Ahora estoy traduciendo a dos poetas estadounidenses, Andrew Zawacki y Albert Mobilio, para el Bilingual Poetry Readings. Me interesan por el manejo de la metáfora como base de su lenguaje poético. También acabo de traducir algunos poemas de Eva Veiga del gallego al inglés. En este momento se está escribiendo una gran poesía en gallego, con elementos muy distintivos, que creo que se puede observar en la poesía de Eva.
Gilgamesh: Como lectora, ¿Qué escritores fueron los que movilizaron tu deseo de escritura? ¿Qué lecturas son imprescindibles a la hora de ponerte a escribir? ¿Qué autores te acompañan en este momento de tu vida?
Marta López Luaces: Me acuerdo muy bien del primer poema que leí en inglés. Un poema muy corto de Emily Dickinson que me dieron a leer a los 15 años cuando empecé a aprender el idioma. Desde entonces Emily Dickinson, T. S. Eliot, Elizabeth Bishop, Robert Lowell, Allen Ginsberg, Wallace Stevens, como también Rubén Darío, Oliverio Girondo, César Vallejo, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Rosalía de Castro, Valente y Antonio Machado fueron algunas de las lecturas que configuraron el universo poético de mis años de formación.
Soy una lectora muy ecléctica; leo ensayos, novelas y poesía de diversos temas y con diferentes estéticas; aunque siempre regreso a los clásicos, me interesa también mantenerme al día y trato de leer, especialmente a los poetas españoles, latinoamericanos y estadounidenses de hoy. También trato de mantenerme al tanto de los nuevos planteamientos de los grandes pensadores como Franco “Bifo” Berardi, Mark Fisher, Baudrillard, Paul Marazzi, Paul Virilio o Eric Sadin, entre otros.
Gilgamesh: ¿Cómo ves la difusión y la recepción de tu obra en las distintas geografías que habitás? ¿De qué manera te integrás al circuito intelectual que se generan en esos lugares de residencia?
Marta López Luaces: Es una pregunta muy amplia ya que me encuentro en el cruce de varios escenarios poéticos: Argentina, España y Estados Unidos. Sin embargo, no soy yo la que puede decir si alguno de esos centros me reclamaría como parte de su comunidad poética. Aunque he de destacar que han sido muy generosos con mi poesía: he publicado, me han incluido en antologías y me han invitado a lecturas y festivales en esas tres grandes comunidades poéticas. La recepción y difusión de mi poesía hoy día es muy buena y tengo que agradecer a medios como Gilgamesh, que están haciendo un gran trabajo para difundir la poesía de diferentes vertientes.
Gilgamesh: ¿Qué lugar les das a los premios que obtuviste?
Marta López Luaces: Los premios ayudan a la difusión de la obra. No niego que quizás también sea un reconocimiento que contribuya, un poco, espero que no mucho, a satisfacer nuestro ego.
Gilgamesh: ¿Cómo ha sido tu experiencia a la hora de editar tus libros? ¿Notás diferencias de un lado a otro del Atlántico?
Marta López Luaces: No creo que haya tanta diferencia como la gente a ambos lados quiere pensar. Quizás en Argentina haya una mayor cantidad de editoriales alternativas muy interesantes que están haciendo un gran trabajo y que se atreven a publicar obras que las grandes editoriales quizás no. Aunque también existen ese tipo de editoriales en Estados Unidos y España, creo que no tienen la misma relevancia —aunque ésta es una percepción muy personal.
Gilgamesh: Nuestra última pregunta es una que, con ligeras variantes, repetimos de entrevista en entrevista. En «La muerte de la tragedia», George Steiner afirma (palabra más, palabra menos) que la poesía se ha vuelto un asunto privado esencialmente lírico y que, por lo tanto, se ha divorciado de la memoria histórica de los pueblos. Puesto en otros términos, la poesía es escrita y leída por poetas y quizá, también leída por alguna de sus amistades... Hace largo tiempo que el llamado «gran público» ha quedado fuera de este juego. Alejandra Boero llama a esto el «lazo perdido». ¿Qué sería necesario, en tu opinión, para reparar en alguna medida esa pérdida?
Marta López Luaces: Yo recomiendo que nos olvidemos de esa preocupación. Se repite que la poesía sólo la leen los poetas, se podría decir lo mismo de cierta clase de música o aún de las artes plásticas, sobre todo del arte que se hace hoy día. Esa opinión se basa en un concepto de las artes y la literatura creado para la televisión y el turismo. Y eso es lo que el sistema quiere que hagamos. No niego que aquel o aquella que llega agotado y aburrido de trabajar todo el día encienda la televisión o ponga la última canción de verano para descansar. Y me parece muy legítimo que lo haga. Pero ésa no es la meta de la poesía ni de las otras artes. Una vez que alguien se percata de esa diferencia de intenciones puede apreciar la poesía. Voy a contar dos anécdotas que creo demuestran eso mismo. Una chica se acercó a mí cuando terminaba una presentación de mi libro Talar un nogal en Barcelona, y me dice: “¿Por favor me los firma? Uno es para mi amiga Vivian que me obligó a venir porque no iba a estar en la ciudad y quería conseguir su libro. Yo nunca leo poesía y pensaba que no me gustaba. Así que creí que me iba a aburrir. Pero me pasó todo lo contrario. Así que he comprado otro ejemplar para mí.” La otra anécdota trata de algo que ocurrió el último día de clase del curso Poesía española contemporánea que enseñé el semestre pasado. Una de mis estudiantes me dijo —la cita es casi literal—: “Profe, le voy a ser sincera: nunca se me ocurrió leer poesía, ni se me pasó por la cabeza. Nunca había leído un poema. Tomé esta clase para terminar la carrera. Hoy me compré por Amazon el libro de Juana Castro Los cuerpos oscuros y algunos otros que vimos en clase para leerlos con tranquilidad durante el verano.” Eso, como otras reacciones de estudiantes y del público en general me demuestran que el lazo no se ha roto, pero que quizás se ha vuelto más difícil de percibir por todo el “ruido” cultural y social que existe hoy día.

NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA
Marta López Luaces (A Coruña, España, 1964) obtuvo su PhD por la New York University en 1999. Desde 1998 enseña literatura española y latinoamericana en la universidad de Montclair. Dirige el ciclo de lecturas de poesía bilingüe de la New York Public Library, Jefferson Market Branch. Ha publicado los siguientes libros de poesía:
Talar un nogal (Madrid: Tigres de papel, 2023), Después de la oscuridad (Valencia: Pretextos, 2016), Los arquitectos de lo imaginario (Valencia: Pretextos, 2010), la plaqueta Memorias de un vacío (New York: Pen Press, 2002), Las lenguas del viajero (Madrid: Huerga & Fierro, 2005) y Distancias y destierros (Sgo. de Chile: RIL/Aérea, 1998). Los arquitectos de lo imaginario fue traducido al inglés como Architects of the Imaginary y publicado en 2022 por la editorial estadounidense Gival Press. El libro obtuvo el premio Pinnacle Book Achievement Award. En 2017 se publicaron dos antologías de su poesía; una en Quito, Ecuador, por el sello El Ángel y otra por la editorial madrileña Tigres de Papel, titulada Y soñábamos con pájaros volando. En traducción al inglés, su poesía ha sido publicada en revistas literarias como Confrontation, The Hampden-Sydney Poetry Review, Sakura Review, downtown brooklyn, The Literary Review y Mandorla. Una selección de su poesía fue traducida al italiano y publicada bajo el título Acento Magico (2002) y otra fue traducida al rumano, y publicada bajo el título Pravalirea focului (2007). En 2013 publicó en la prestigiosa editorial estadounidense Talisman una antología de poesía española contemporánea en traducción al inglés titulada New Poetry from Spain. Como traductora al español, ha colaborado con revistas de Latinoamérica y España. La editorial Bartleby publicó en 2011 su traducción de la obra de Robert Duncan titulada Tensar el arco y otros poemas. En 2021, la editorial Vaso Roto publicó Índice, su traducción del libro de poemas A Table of Content de la pintora estadounidense Dorothea Tanning.
En prosa ha publicado el libro de relatos La Virgen de la Noche, y las novelas Los traductores del viento, galardonada con el premio International Latino Book Award, y El placer de matar a una madre (Madrid: Ediciones B, Penguin Random House, 2019). Acaba de terminar su tercera novela, Urbanización X.

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