jueves, 4 de septiembre de 2025


 GILGAMESH: POESÍA Y POÉTICAS presenta a DANIEL RAFALOVICH

(Publicado en la págima de Facebook el 03 de septiembre de 2025)

Daniel Rafalovich nació en Santa Fe. Es poeta y gestor cultural.

En la entrevista, Daniel, dice:

«Intento que mis poemas convoquen a la imaginación de quien los lea. Que no resulten herméticos. Que el lector tenga una punta que lo movilice. »

SELECCIÓN DE OBRA
De «Teatro de sombras. Poemas dispersos» (Ediciones Ramos Generales, 2025)
Teatro de sueños

He soñado mil veces
con un salto en el tiempo.
He visto extraños desfiles
sobre pasarelas de cristal
en espirales ascendentes.
He tenido sueños concéntricos
(despertaba
y el sueño seguía allí).
Sueños prehistóricos
en busca de algún fuego.
Sueños medievales
tras un cáliz mitológico.
Sueños con enormes Palacios de Justicia,
entre pasillos selváticos.
También hubo casas desconocidas
en un conocido sur
(y en un lago encrespado
y un altillo con libros en desorden).
Y un extraño recital poético
en una suerte de burdel
a cielo abierto.
Y presencias queridas
amor y vino
parpadeos galácticos
cuchillos maquillajes
susurros profecías reflejos
sed sexo caravanas
amenazas intangibles.
Y, claro, esa caída sin fin
(tan propia de los sueños)
que precede al momento
en que los ojos se abren al abismo.

ALREDEDOR DE LOS SUEÑOS
Persiste entre ellos y la luz
una barrera nebulosa
una disyuntiva urgente
entre cansancio
y recuerdos.
Devora la memora su vorágine
Cae ensimismada frente a su brillo
el trueno asordinado de cada amanecer.
Cruzarán alguna vez esa barrera
Rendirán su profético puñal
a la furia del deseo.
Abolirán sus señales atávicas
ante la sólida certeza
despiadada
cruel
perfecta y conocida.

Teatro de melancolía

Noche de sábado en el mundo,
como nunca se entrecruzan los mensajes.
Todos salen a buscar lo necesario.
Algunos naufragan en asilos
abismados ante nada,
esperando para cuándo,
rugiendo para adentro, ásperamente,
por esa falta de costumbre de gritar.
*
No se compra este dilema
este desvelo
No hay fórmulas alquímicas
contra el destierro
¿Quién puede imaginar
mayor tristeza
que la de aquél que jamás duda,
que sostiene sus días
con certezas?

Teatro de historias

SALEM
Sonreía y su sonrisa
buscaba algún reparo.
(Quizás sepas
que sus manos de marfil
prohijaban una pócima blancuzca)
El espejo la arrullaba
en sueños sin hogueras
(Recuerdas: la espiral de los sueños
la caída infinita)
A veces canturreaba en la hora de los ensalmos
cuando las sombras
profanaban los rincones.
El imaginario de la aldea
colegía rituales o
con espantada mueca
paladeaba sus cópulas satánicas.
Ella, siempre, sonreía
y en su boca
la savia de mandrágora
estallaba en artificios seminales
que no cesa.

Unipersonal

Busco (siempre) la tibieza
la esperanza.
No de fortunas.
No de glorias marchitas.
La tibieza del pan recién horneado.
La esperanza de la golondrina.
terminando Agosto.

Mañana lloverá
y no parece un acertijo.
Mejor diría
mañana hablaremos.
Entonces sí
los árboles
la lluvia dylaniana.
Los anuncios del tarot
serán sólo espejismos.
Amanecerá
bajo aquellos pliegues.

Teatro de sombras

Cuidado
no te muevas
están llegando.
Con su ropaje de tinieblas
su silencio pre-tormenta.
Pura pólvora.
Sólo sangre.
No abras las ventanas
las sombras se agitan
los árboles delatan.
No te muevas.
No tiembles.
Miedo -muerte.
Vasta vida.

DICTADURAS
En mi cuarto describía bucólicos estados
Y, adolescente, soledades no deseadas.
La noche transcurría
como una curva eterna,
un salto al vacío
el peligro o el Edén.
Besos profundos han pasado
y lunas,
dictaduras.
Y hoy comprendo que lo único
que jamás se detiene
es la danza enloquecida de los átomos,
la azarosa química del cuerpo.

’70 – III
Pudimos abandonar a la vera del sueño
aquel despojo diario, el mesiánico impulso
por seguir combatiendo los últimos misterios.
Mas hacerlo hubiese sido sólo una señal
un tenue llamamiento para la voz del aire
un deseo agónico: aunque ejemplar, postrero.
Las raíces que no pudimos cortar
invadían nuestros cuerpos espectrales
y todo eran gestos, miradas de soslayo.
Irrisorias (heroicas) muestras de voluntad. Vencida.

ENTREVISTA CON EL AUTOR

Gilgamesh: Daniel, ¿cuándo escribiste tu primer poema?, ¿cuándo supiste que la poesía iba a acompañar tus inquietudes literario-intelectuales?

Daniel Rafalovich: No recuerdo con seguridad. Debe haber sido a los 12 años, al entrar a la secundaria. En esa época los chicos estábamos muy movilizados por diferentes motivos : la lectura era uno de ellos. Claro que esos primeros poemas eran muy rudimentarios. Los “políticos” eran panfletarios. Creo que los “de amor” zafaban teniendo en cuenta la edad. Pero eran producto más que nada de la imaginación.
Al ponerme en contacto con coetáneos que comenzaron a editar precarias revistas y ver lo que escribían jóvenes de mi edad comencé a ser más regular, intentando que los poemas sean algo más que descripciones de estados de ánimo. Esto sucedió a mis 17 años (más o menos) cuando ya había accedido a Artaud gracias a Spinetta, de ahí a los surrealistas y al gran Jean Arthur Rimbaud, el que más me marcó en ese momento.

Gilgamesh: ¿Cómo es el proceso creativo de un poema, de un libro?

Daniel Rafalovich: En mi caso escribo a partir de algo que siento. Alguna idea a la que le falta una forma . Trato de expresarla de cierta manera particular. Luego, como en las recetas de cocina, la dejo reposar. Y al tiempo releo y retomo, corrijo, cambio, descarto. No estoy escribiendo mucho estos últimos años. Estuve corrigiendo y seleccionando con vistas al libro. Pero ahí ya pasamos a la pregunta siguiente.

Gilgamesh: ¿Cómo fue la experiencia de editar tu primer libro? ¿Y tu último, «Teatro de sombras»?

Daniel Rafalovich: En realidad durante muchos años mis poemas aparecían en revistas de las que se llamaban “subterráneas” en tiempos de la dictadura, de Santa Fe y de otros lados. Había una especie de red de publicaciones. Una experiencia muy interesante y, sobre todo, un respiro en el clima asfixiante de esos años. Al acercarse la democracia aparecí en diversos diarios de la zona o de otras provincias, en revistas más “famosas” como “Crisis”. En diversas antologías: una de ediciones Delanada, de Roberto Aguirre Molina, luego en una selección de la UNL. En ese tiempo concurrí al Taller de Poesía de la Universidad a cargo de Edgardo Russo y Juan Inchauspe. De ellos aprendí unas cuantas cosas. Muchos años después Ediciones Arroyo, de Pipi Bosch editó dos pequeños libritos artesanales: “Dos poemas” y “’70”. “Teatro de sombras “ surge a partir de la posibilidad que me ofreció Walter Operto (dramaturgo, director de teatro, periodista legendario de Rosario) de publicar en su editorial Ramos Generales. “Teatro de sombras” es una selección de poemas de varias décadas a esta parte. Poemas que, en su mayoría, andaban circulando por la red (aunque hay varios inéditos) Me despido de ellos luego de corregir una y otra vez. Espero que “Teatro de sombras” circule y mientras tanto me dedicaré a algunas cosas nuevas. Pasamos a la siguiente.

Gilgamesh: ¿Qué temas recurren en tu obra? ¿Qué búsquedas formales?

Daniel Rafalovich: “Teatro de sombras” está dividido en capítulos ligeramente temáticos: Sueños, personajes, situaciones personales, impresiones de momento, situaciones imaginadas, algo de política anclada en los ’70 (aunque vaya a saber).
Las búsquedas formales nunca superan al eje temático del poema. Al menos eso es lo que pretendo. Hay por ahí trabajos con ritmos y sonoridades. Pero apunto a que mi experiencia sensible al escribir y corregir llegue a quienes lean mis poemas sin demasiados “ripios” (expresión clásica de muchos poetas)
Gilgamesh: ¿Cómo empezaste a involucrarte en las movidas literarias de tu ciudad? ¿Qué te hizo comenzar a difundir a tus pares en un espacio que hoy ya es un lugar de encuentro como «Meta Poesía»?

Daniel Rafalovich: Hacia mediados de los ’70 me conecté con amigos que editaban revistas “subtes”, precarias formalmente pero que daban cabida a lo que nos interesaba a los que mayormente éramos sub-20. Allí publicaron mis poemas, primero en la revista “Mensaje”, luego en “Invisible”, la efímera “Pleamar”, “Peldaño”, etc. No estuve involucrado en movidas literarias, salvo cuando me invitaban a alguna lectura. Cuando entré a Facebook me interesó compartir algunas opiniones y divulgar material que a mi me gustaba o interesaba. Hacia 2015 una amiga de CABA llamada Claudia.Chiappino, docente y gestora cultural, me comentó que había diseñado una página a la que llamó Meta Poesía. Por falta de tiempo la dejó sin añadirle contenidos. Me preguntó si quería hacerme cargo de esos contenidos. Le dije que sí inmediatamente. También administraba la página la poeta Sylvia Cirilho. Comencé con poetas que había leído, de todo el mundo. Rápidamente me fui conectando con poetas latinoamericanos y españoles y compartía exclusivamente material en nuestro idioma. Me centré en la poesía argentina contemporánea y descubrí muchas y muchos poetas que me maravillaron. Fue una hermosa experiencia, enriquecedora y masiva ya que MP llegó a tener decenas de miles de seguidores. Hasta que Facebook la suspendió sin ningún argumento lógico. Y (a pesar de los cientos de reclamos efectuados) seis meses después de suspenderla directamente la eliminó. Así eliminaron una década de trabajo, unos 1500 poetas y alrededor de 15 mil poemas. Intenté con una nueva página llamada Tema: Poesía. Duró unos siete meses y fue directamente eliminada por Facebook.

Gilgamesh: ¿Cómo fue tu iniciación como lector? ¿Qué espacios, qué textos influyeron en tu educación lectora?

Daniel Rafalovich: Tengo hermanas mayores. Gracias a ellas aprendí a leer a los 3 años. Leía cuentos e historietas,lo que leían los niños. En casa estaba la Biblioteca Billiken completa así que leía cuentos, adaptaciones de clásicos, biografías, etc. En la pubertad fui un precoz militante político así que leía mucho material, lo que “había que leer” y cosas que leía por mi cuenta. En cuanto a literatura leía a Cortázar, García Márquez, Scorza, etc. Conocía poco de poesía: Benedetti, Pizarnik y poco más. Al acercarme al mundillo del rock me acerqué a Luis Alberto Spinetta . De ahí a leer Artaud fue un solo paso. Y de ahí Rimbaud, simbolistas, surrealistas, Michaux y demás. También diversifiqué mucho mis lecturas de narrativa. Borges, mucha ciencia-ficción, policial negro y autores argentinos y latinoamericanos muy diversos: Bioy, Cabrera Infante, Carpentier, Lezama Lima, muchos argentinos que editaba el CEAL, como Macedonio, Rozenmacher, Juan José Hernández, Gorodischer. Y Saer, Nabokov. Podría nombrar muchos pero obviaría injustamente muchos más. Esa mescolanza me modeló como lector. Y toda la poesía que caía en mis manos.

Gilgamesh: ¿Cómo ves la movida poética en Santa Fe capital? ¿Cómo interactuás en ella?

Daniel Rafalovich: En Santa Fe capital hay mucha gente que escribe poesía. Al decir Santa Fe incluyo a Santo Tomé, Sauce Viejo, Arroyo Leyes y toda la zona de la costa. Hay muchos y muchas poetas en la zona. Hay actividades, presentaciones, espectáculos que incluyen lectura de poesía. Hay un festival que se realiza anualmente en Arroyo Leyes desde hace varios años, ferias del libro. En invierno de 2024 iniciamos un ciclo de lecturas llamado Meta Poesia. Digo iniciamos porque fue impulsado por la Cooperativa Cultural Contrapunto (que integro) y el espacio que se nos abrió para realizarlo es El Solar de las Artes, el centro político-cultural del Sadop. Todas las ediciones de Meta Poesía fueron hermosas, cálidas, variopintas. Hasta ahora han leído unos 30 poetas de la zona. Y vamos por su continuidad.

Gilgamesh: ¿Qué lugar tiene el lector a la hora de escribir? ¿Y a la hora de dar a conocer tus textos?

Daniel Rafalovich: No pienso en un lector en particular Sí me imagino lectores y lectoras. Intento que mis poemas convoquen a la imaginación de quien los lea. Que no resulten herméticos. Que el lector tenga una punta que lo movilice. Darlos a conocer implica un trabajo de corrección que tengo que controlar. Llegar a un punto en el que pensás “así está bien” para no convertirse en un autocorrector maníaco. En cuanto a Teatro de Sombras hubo un trabajo de criba bastante minucioso. De 60 poemas que tenía preparados quedaron poco más de 30. Quizás siga corrigiendo algunos de los que no pasaron la prueba mientras escribo cosas nuevas.

Gilgamesh: ¿Qué lecturas y qué escrituras te acompañan en este momento?

Daniel Rafalovich: Mis lecturas son caóticas. Tengo un pequeño negocio de libros y revistas así que la mayor parte de mis lecturas proceden de ahí. Y leo todos los libros que los poetas tienen la gentileza de enviarme, ya sea en papel o en pdf. Y me prestan. Leí varios de los primeros libros de cuentos de Daniel Moyano, leí uno de Pascal Quignard llamado “Vida secreta” y estoy releyendo “Los galgos, los galgos” de la enorme Sara Gallardo. Un libro que leí hace varias décadas y que me resulta totalmente nuevo. Mi biblioteca es de lo más heterogénea.

Gilgamesh: ¿Qué (des)ventajas ves siendo un escritor «del interior del país»?

Daniel Rafalovich: La actividad en Caba es mucho más intensa. Hay decenas de eventos, presentaciones, lecturas colectivas. Uno debería hacerse una agenda semanal pero jamás podría cubrir ni una pequeña fracción de lo que se presenta. En las ciudades de tamaño más humano hay “eventos eventuales. ” Creo que hay menos “capillas” literarias. Las hay, claro, pero me parece que son menos cerradas Pero lo digo mirando desde afuera. Trato de ser lo más abarcativo posible en la tarea de difusión. Una desventaja puede ser que en CABA hay decenas de editoriales. Aquí hay unas pocas. Pero siempre puede aparecer una oportunidad.

Gilgamesh: ¿Qué le pedís, que le das a la poesía desde tu rol de escritor/difusor?

Daniel Rafalovich: Le pido placer. Leer debe ser placentero, incluso desde un lugar incómodo. Pero no hay que “obligarse” a leer nada que no te resulte atractivo. Claro que los puntos de atracción varían. No todas las personas tienen el mismo “centro del placer”. Lo mismo quiero al escribir. Incluso en la crudeza y en el desierto se puede encontrar belleza y placer.

Gilgamesh: Nuestra última pregunta es una que, con ligeras variantes, repetimos de
entrevista en entrevista. En «La muerte de la tragedia», George Steiner afirma (palabra más, palabra menos) que la poesía se ha vuelto un asunto privado esencialmente lírico y que, por lo tanto, se ha divorciado de la memoria histórica de los pueblos. Puesto en otros términos, la poesía es escrita y
leída por poetas y quizá, también leída por alguna de sus amistades... Hace largo tiempo que el llamado «gran público» ha quedado fuera de este juego. Alejandra Boero llama a esto el «lazo perdido». ¿Qué sería necesario, en tu opinión, para reparar en alguna medida esa pérdida?

Daniel Rafalovich: Es verdad que gran parte de los lectores de poesía son poetas. Y que los poetas se leen entre sí en gran medida. En un “antes” bastante difuso, quizás hace un siglo o algo menos mucha gente leía poesía aunque no escribiese. Y estudiaban y declamaban. Multitudes leyeron el Martín Fierro y a Bécquer y a Sor Juana y a Alfonsina. En los años ’20 Maiacovski leía para multitudes, Evtushenko lo hizo hasta en los ’70. Los poetas “beat” era escuchados por grupos numerosos de personas.
No sé si eso se podrá recuperar: el modo actual de comunicar es instantáneo e impersonal. La gente va a los conciertos y ,en vez de disfrutar de la música, filma y hace shows de luces con sus celulares. Quizás habría que hacer reels (15 segundos de poesía). No, es una ironía. Desconozco el modo en que la poesía puede volver al “gran público”. Quizás, Alejandra, debamos pensarlo mucho e intentar maneras.

NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA

Nací y vivo en la ciudad de Santa Fe. Escribo desde mi adolescencia. Algunos de mis poemas aparecieron en diversas revistas “under”, fanzines, diarios y revistas locales y nacionales, así como en antologías poéticas de la UNL.

Participé en el Taller de poesía de la UNL que coordinaba Edgardo Russo y en el que colaboraba Juan Manuel Inchauspe. También escribí textos humorísticos que aparecieron en revistas de Sta Fe y Rosario y en Rosario/12. Escribí los textos de la obra músico-teatral “La Palabra Mágica”, representada por el grupo Banda de Más-Caras Sueltas en el Centro Cultural Paco Urondo. Participé en programas de Radio Nacional Sta Fe y Radio Cultura. En 2018 y 2019 publiqué sendos libros artesanales gracias a la convocatoria de Ediciones Arroyo. Desde 2014 administraba la página de Facebook “Meta Poesía”. Hoy, con la asistencia técnica de Agustina Ferrand, estoy en http://xn--dalepoesa-n5a.blogspot.com/
Acabo de editar «Teatro de sombras. Poemas dispersos» (Ediciones Ramos Generales, 2025).

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